La hora de la cena, para la mayoría de los que persiguen perder peso, es el momento idóneo para reducir al máximo la ingesta de calorías, bajo la firme creencia de que durmiendo no vamos a metabolizar lo que cenamos y por tanto, cuanto menos cene más adelgazaré.
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La cena, sin lugar a duda, es la parte más determinante de una buena dieta, ya que, es en los periodos de descanso prolongado cuando el cuerpo aprovecha para realizar los procesos metabólicos de adaptación, y en donde una buena alimentación será clave para que dichos cambios se lleven a cabo de forma óptima.
Cenar fruta
La fruta, en líneas generales, es un alimento que nos aporta una buena cantidad de nutrientes (vitaminas y minerales) necesarios e indispensables para ciertas funciones de nuestro organismo, siempre y cuando se incorporen en nuestra dieta de forma lógica y con motivo de cubrir esas necesidades metabólicas.
Sin embargo, cuando hacemos uso de la fruta como sustituto de una comida con la intención de matar nuestro apetito a base de alimentos bajos en calorías, estaremos cayendo en el error de no tener en consideración la distribución calórica de esos alimentos y especialmente, las necesidades nutritivas que nuestro organismo requiere.
La fruta es un alimento muy apropiado para ciertos momentos del día, pero hacer uso de ella en grandes cantidades (2 o 3 piezas) puede llegar a ser desaconsejado en otros momentos debido a su alto índice glucémico.
Me explico:
La fruta está compuesta fundamentalmente por fructosa, un monosacárido que, al igual que la glucosa, se libera de manera rápida y sencilla al torrente sanguíneo y por tanto, hará que nuestra glucemia (cantidad de azúcar en la sangre) aumente rápidamente, dando lugar a la aparición de la insulina, que lo depositará en nuestro almacén de energía de forma directa y sin pasar por la casilla salida. Si este esta completo se iniciará el proceso de lipogenesis y nuestra amiga la fruta se utilizará para darle volumen a nuestro flotador abdominal.
El momento más oportuno para introducir la fruta en nuestra dieta será cuando nuestro organismo este en fase de ayuno y queramos mantener el equilibrio de nuestra glucemia antes de la comida o la cena. Por ejemplo para almorzar o merendar.
¿Qué debemos cenar?
Tras la cena, nuestro organismo se va a enfrentar a un periodo de 8 horas de ayuno que, aunque el gasto calórico se verá reducido notablemente, es el momento en el que el cuerpo debe reponerse del esfuerzo diario y de la carga de entrenamiento (si se ha producido), generando masa muscular si fuera necesario (proceso anabólico).
La cena deber asegurar que esas 8 horas el cuerpo obtenga los nutrientes necesarios para que se produzca esa adaptación por lo que el papel protagonista de nuestra cena debe de ser la proteína debido a su importante función plástica y su tardía digestión. A su vez, la verdura cubrirá el aporte de minerales y vitaminas necesario de forma continua y prolongada, sin generar aumentos rápidos de azúcar en la sangre debido a su bajo índice glucémico.
Así pues, desde One2one te recomendamos:
– Cenar a base de carne y pescado siempre acompañado de verduras o ensaladas.
– Tomar dos piezas de fruta al día como snack entre horas de forma alterna y separada en el tiempo para mantener el equilibrio de glucosa del organismo, pero nunca como sustitutivo de una comida.
– Cenar una hora antes de acostarnos (no después pero tampoco antes!)
Cena bien, ¡Entrena en One2One!
Pablo Leante
One2one Training